martes, 6 de noviembre de 2012

¿Volver a lo de antes? (Recordando II)

Lo miré, me miró; su rostro estaba manchado de una tonalidad negra, algo que no permitía verdaderamente ver su rostro, parecía ser ese tipo de chico nerd, utilizaba lentes sí, y no me parecía nada atractivo. Supuestamente había realizado experimentos con reactivos, y por lo visto no le había ido nada bien.
Al voltear, miró directo a mis ojos y cambiando rápido sus expresiones faciales, me regalo una sonrisa tímida y me brindó una mano para levantarme. No me pareció nada interesante aquel encuentro, ni tampoco la razón por la cual había cambiado su expresión de fastidio.
Al parecer no me había hecho daño, pero la herida en la rodilla lo decía todo.
El era como un niño alejado de su mamá, melancólico, tenía la mirada en otro lugar y solo se preocupaba en mantenerse en su burbuja. Lo miré varias veces de reojo, trajo algunas gasas y tijeras y poco a poco, intentó curar mis heridas.
Era raro, él una persona rara, nunca antes lo había visto, y seguro que era mayor. El silencio nos mataba y el rozar del viento con las persianas generaba cierta incomodidad.
- Y tu...-me disponía a preguntar.
- Ashemt, así me llamo.
- Ah... Y...-
- Quinto, quinto A. Este... ah por cierto, ten cuidado la siguiente vez.
- Gracias...
- No lo digo por ti, casi rompes mis vasos con agua.
- Ah... son tuyos. ¿Qué hace uno en medio del camino?
- Simple, soleándose.
- ¿Qué?- refuté

Parecía haber conocido al chico más arrogante de toda la secundaria, no volvería a verlo, no lo haría.
Me paré apresuradamente, aún cojeando, le brinde una sonrisa fingida y salí.
¿Quién era este ser que no me permitía hablar? Quién rayos se creía. Tenía un nombre muy raro. ¿Qué hacía en el laboratorio solo? Pero que rayos, había dejado mis cosas en el laboratorio, tenía que volver, volver a mirarlo, no otra vez.
Estaba dispuesta a entrar, cogerlas y salir lo más rápido posible. Fue entonces el momento en que vi su verdadero rostro. Lo tenía estaba limpio, su piel era blanca y sus ojos cafés resaltaban como pasas, eran maravillosos, tenía algo tan especial. Di un stop, y me quedé parada, no era como pensaba, los lentes blancos resaltaban su sonrisa perfecta y su mirada era impecable. Me sonrojé, cogí mis cosas torpemente y salí apresurada.

Era maravilloso-pensé. Olvidate de lo anterior y mete esta nueva perspectiva sobre él. Caminaba lento de regreso hacia los otros pabellones. De pronto, un profesor pasó y se acercó a mi preguntándome, ¿Vienes del club de biología?- Me disponía a responder pero... -Vamos, todavía no ha terminado.-Pero... pero...-Era tarde, habíamos dado media vuelta y ya nos dirigíamos al laboratorio. Mis manos temblaban, si lo volviera a ver, temía por mi, no se qué pasaría; pero al llegar me dí cuenta que ya era demasiado tarde... Ahí estaba, y ahí se quedaría hasta el final...

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